VIGILANTES DE LA NOCHE
Como un halcón buscando presa
detrás de la persiana,
esparce la vista por toda la calle,
para no perder detalle
de la vida de los demás.
Se siente el peso de su mirada
al pasar por su ventana,
ojos que se clavan en la oscuridad
te acechan como flechas,
criticando y publicando
tu forma de vestir,
a qué hora llegas y volverás a salir.
No hay nadie que
haya pasado por adolescente,
que no retenga en su mente
el sonido peculiar del sube y baja,
que el silencio de la noche raja
producida por la persiana del vigilante
en su puesto de mando.
No existe calle grande ni pequeña,
ni se sabe quien les enseña
para con tanta pasión,
vigilen como amantes
quien pasa por delante,
y sin aviso ni permiso
conozca tu vida mejor que tú.
Hay una chismosa en el balcón,
que todo vislumbra
como un halcón.
Vamos, la vieja del visillo, jejeje. Con esa gente uno sabe si reírse o llorar
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anda que no, no sabe uno donde meterse
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